El poder de la música contra el alzhéimer

  • Los enfermos avanzados son los que mejor responden a la musicoterapia
  • Así se desprende de un estudio presentado por Alzheimer León esta semana
  • Pacientes con mutismo severo son capaces de cantar sus temas favoritos
  • La música y las emociones, lo último en desaparecer de las áreas cerebrales

Penélope‘, de Joan Manuel Serrat, es una de sus canciones favoritas. Reconoce la melodía con solo oír los primeros acordes pero, a pesar de poder cantar cada estrofa sin equivocarse, no recuerda dónde vive, en qué año nació o el nombre de su madre, y rostros que antes le eran familiares y cercanos, ahora le son extraños. Encarnación, de 79 años, padece alzhéimer desde hace tres y, como muchos otros presos de la demencia, es tratada con musicoterapia.

Son numerosas las investigaciones neurocientíficas que ponen de manifiesto la relación, que roza lo mágico, entre música y alzhéimer. Las melodías y las letras de las canciones ralentizan claramente la pérdida de memoria y mejoran el lenguaje.

El último estudio, presentado esta misma semana, ha sido realizado por la asociación Alzheimer León, y concluye que los enfermos en las fases más avanzadas son los que ofrecen una respuesta emocional más evidente y poderosa ante la música, con un efecto más que beneficioso para su estado de ánimo y bienestar.

«Desarrollamos una terapia de reminiscencia musical usando fotografías y otros elementos biográficos para traer al presente del enfermo a sus cantantes favoritos. En un grupo lo hicimos escuchando música y en el otro sin ella. A través de brazaletes asociados a electrodos, comprobamos la respuesta cerebral a los estímulos musicales, sorprendente y muy llamativa en los casos de alzhéimer avanzado», explica a RTVE.es la gerente del centro Alzheimer León, Flor de Juan.

Dos gardenias‘, de Antonio Machín, y ‘Mi carro‘ de Manolo Escobar fueron algunos de los temas elegidos por los familiares de medio centenar de enfermos leves, moderados y graves que participaron en el estudio como referentes de su recuerdo musical. Algunas de sus canciones de juventud.

El efecto en el cerebro es inmediato. Al oír la música, rápidamente despiertan del ensimismamiento que les invade en muchos casos, reaccionan, lloran, ríen, se concentran y fijan la mirada perdida. «Es como si volvieran a situarse en el mundo», señala De Juan.

Pacientes con mutismo severo, capaces de cantar canciones

Con la escucha musical se desarrollan respuestas automáticas positivas a dos niveles: el cognitivo y el emocional. Efectos que se producen incluso en personas con amnesia casi total, afasia severa (incapacidad para comunicarse) y sin movilidad.

«Pacientes que no hablan nada y que ya no atienden a estímulos pueden llegar a cantar una canción entera», afirma la responsable de Alzheimer León, para añadir que no es algo esporádico, sino común en pacientes con estadios avanzados.

Eso sí, la reacción solo se produce con canciones reconocidas por ellos, aquellas que forman parte de la banda sonora de su vida.

Coincide en el «poder absoluto» de la música en enfermos de demencia Magdalena Galindo, psicóloga clínica de un centro de día especializado en Badajoz, que recuerda el caso de Luisa, un paciente en fase severa y con alto mutismo, capaz de entonar ‘El clavel‘ de Rocío Jurado de principio a fin.

«Era impactante. Cuando dejaba de cantar, sencillamente dejaba de hablar», afirma, para destacar que la música refuerza su autoestima porque «sólo con ella son capaces de recordar etapas felices de su vida».

Les ayuda, además, a fijar la atención, a concentrarse, de tal forma que la música se usa también como fase previa para desarrollar otros tratamientos y actividades, tal y como cuenta a RTVE.es Kruz Rodríguez, terapeuta ocupacional de un centro de atención del alzhéimer en Madrid.

«Cuando el grupo está revolucionado o disperso pongo música e inmediatamente se calman, me atienden y centran la escucha. Su poder es total», asegura.

Rodríguez ha empleado en sus terapias temas clásicos que todos recuerdan cantados como nanas, para relajarles; pero también otro tipo de melodías que les estimulan, por ejemplo, para dibujar o realizar otras actividades cognitivas o físicas. Son muy útiles, dice, los anuncios publicitarios antiguos con músicas reconocibles: «Les transporta a su pasado».

Una de las primeras preguntas a los familiares y a los propios enfermos para hacer frente a su tratamiento individualizado es: ¿cuáles son sus canciones favoritas?

El amor y la música, lo último que queda en los enfermos

Cada enfermo con demencia es un mundo y las evoluciones son muy diversas derivadas de factores muy distintos y complejos, pero hay patrones comúnes. En relación a los sentidos, lo primero que pierden es el olfato y lo último, casi siempre, es el oído.

Aunque pueda parecer magia que alguien cante pero no hable, posee una potente base científica. Las últimas áreas que se eliminan en un cerebro devastado por la enfermedad son dos: las encargadas de la memoria musical y las que permiten sentir emociones.

La música queda registrada en áreas diferentes de las del resto de recuerdos y mientras que todas esas zonas van llenándose de oscuridad, que se traduce en el olvido y deterioro cognitivo, la zona de almacenamiento musical se mantiene vívida con el paso del tiempo.

Pepe Olmedo, psicólogo sanitario y músico, es promotor de la iniativa ‘Música para despertar‘, que ha formado a 40 centros y 600 profesionales de toda España en la aplicación de las melodías al bienestar de los enfermos.

No se han encontrado con un solo paciente que no reaccione, en mayor o menor medida, ante la música:

La mejora de los enfermos es tal que incluso, en algunas ocasiones, se reducen los tratamientos farmacológicos.

Su proyecto se centra especialmente en los que presentan trastornos de conducta más severos: agresividad, irritabilidad constante, agitación severa, trastornos del sueño, deambulación sin rumbo y paranoias. Los casos que más le han impactado son los de aquellos con estados «parecidos al coma» que «abren los ojos al oir sus canciones».

«En el momento final de su vida, una mujer acompasó su respiración con la música y se relajó. Murió con su canción», relata este psicólogo que, como todos los profesionales entrevistados, coincide en que «la música es tan efectiva como los besos o los abrazos».

Olmedo muestra con el siguiente vídeo el «despertar» de Concha, una paciente en un estado avanzado. Mientras la música va sonando trata de cantar, se emociona, ríe y pregunta.

La música, llave al pasado y esperanza de futuro

«La música permite acceder al pasado, es como una llave que abre esa puerta y que les deja recordar de alguna manera», señala Eva Muñoz, musicoterapeuta, psicóloga y terapeuta familiar de la Fundación Alzheimer España, que recomienda a los cuidadores y familiares emplear la música como herramienta, pero también alerta sobre un uso equivocado o excesivo.

«No se trata de ponerles música todo el rato y ya. A veces no es bueno sobreestimular. Hay que saber los momentos, estudiar a cada paciente, estar atentos a las reacciones porque les puede desbordar y llevarles a momentos traumáticos», explica, para añadir que «bien utilizada» no hay nada tan potente para comunicarse con enfermos graves.

Desarrolla terapias conjuntas con el paciente junto a sus parejas y familiares para, a través de la música, exprese sentimientos que, de otra manera, no es capaz. De esta forma, también se ayuda al cuidador.

La «receta musical» puede ser, por tanto, tan efectiva como la farmacológica, aunque no sustituible, deja claro esta musicoterapeuta.

Apunta a que por la vía de la música y su apartado en el cerebro, que queda «casi intacto» de demencia, se puedan abrir, y ya se está haciendo, vías de investigación para tratar de saber más sobre los por qués de la enfermedad y, sobre todo, las posibilidades de mejora y ralentización de su avance.

Todos los expertos coinciden en que el alzheimer avanza «siempre» de forma «feroz» y que «es imposible ponerle diques» pero la barrera musical es «fuerte» y sobre todo, muy «efectiva».

Ravel y su famoso ‘Bolero’: ¿Quién lo habrá compuesto?

Uno de los casos más reveladores sobre el binomio música y demencia viene de la mano de Maurice Ravel, uno de los compositores más influyentes del siglo XX. Sufrió la enfermedad del Pick (un tipo de demencia con múltiples similitudes al alzhéimer).

Con un estado ya avanzado, escuchó una pieza musical que le llamó la atención y exclamó: «¡Qué ingeniosa! Es como un gigantesto crescendo ¿Quién la habrá compuesto?». La ingeniosa pieza no era otra que su famoso ‘Bolero‘ de 1928.

Como otros tantos enfermos, se emocionó con la música, pero fue incapaz de recordar que cada nota había salido de su propia cabeza.

Fuente: http://www.rtve.es/noticias/20180317/poder-musica-contra-alzheimer/1697863.shtml

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