Usa tus cinco sentidos para establecer contacto con lo que te rodea.
¿Qué ves? ¿Te molesta o duele algo? ¿Sientes algún sabor en especial?
Escucha todos los ruidos que se presenten en tu conciencia, como por ejemplo el sonido de tu propia respiración.
Toma nota de cualquier sensación que provenga de tu cuerpo físico: ¿Sientes calor… presión… dolor… pesadez… picor… tensión?
Luego siente la transición a estados más sutiles prestando atención a sensaciones asociadas a emociones: ¿Hay tristeza… alegría… ansiedad… excitación… o irritación?
¿Cómo experimentas la energía de tus emociones? Trata de conectar todavía con un estado más sutil, en el plano mental: ¿Hay algún recuerdo… idea… imagen… o impulso? ¿Aparece algún pensamiento sobre el pasado… o sobre el futuro?
Date cuenta cómo puedes testimoniar y sentir ahora los sonidos, las visiones, las sensaciones, las emociones sutiles, las energías, los pensamientos y las intuiciones… Pero tú no eres nada de eso.
Repite a ti mismo: “Tengo emociones, pero yo no soy esas emociones” “Tengo pensamientos, pero yo no soy esos pensamientos” “Tengo sentimientos, pero yo no soy esos sentimientos”
Respira profundamente y disfrútalo. Nada cambia, nada se mueve, nada oscila. Tú eres el único que siempre ha estado presente.
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