La verdad tras Whiplash: Cómo se estudia realmente batería

El drama estadounidense Whiplash, escrita y dirigida por Damien Chazelle y ganadora de 3 premios Oscar en las categorías Mejor Actor de Reparto (J.K Simmons) mejor montaje y mejor sonido, que ha sido largamente comentada y analizada en los medios, estará disponible desde el próximo mes en Netflix.

La película cuenta la historia de un joven baterista de jazz llamado Andrew Neiman (Miles Teller) y su paso por una de las mejores escuelas de música en Nueva York, en la que conoce a un temible profesor de jazz: Terrence Fletcher (J.K Simmons)

En el Instituto Projazz enseñamos batería, tanto en nuestra carrera profesional  Intérprete en jazz y música popular mención batería, como en nuestra Academia Projazz, con cursos para músicos principiantes y avanzados. Por eso quisimos analizar con algunos de nuestros docentes y  agentes de difusión del jazz en Chile la trama de esta película y conocer cuál fue la sensación que les dejó el film.

Gonzalo Muga- Baterista y docente

Vi la película atentamente porque me interesaba la historia sobre la vida de un baterista y sobre el formato de pedagogía que se presentaba. Me parece que todos los estudios científicos sobre pedagogía indican que debe ser compartida, uno al alumno tiene que acogerlo y me parece que en esta película se presenta un concepto de pedagogía un poco arcaico en la medida de poner autoridad absoluta y no dejar que el alumno se exprese o de sus ideas. Es más, es una clase más basada en el terror y creo que ese formato de pedagogía esta erradicado del paradigma de la educación mundial.

Me parece que la película intenta hacer un resabio de un campo de concentración militar  ambientado en otro rubro. Los norteamericanos están muy metidos con eso y quieren llevar todo a ese formato. No está bien que la gente entienda que la pedagogía exista de esa forma todavía. A esta alturas los derechos del alumno, tal como los derechos del niño, son mundialmente conocidos y cualquier profesor que intimide de esa manera a un alumno pasa a un acto criminal.

Andy Baeza – Baterista y docente

Probablemente los actores estén haciendo muy bien su trabajo aquí, pero desde  mi opinión como baterista y docente,  tomando el guion de la película como base para dar mi opinión (ya que no tengo idea de cine…), me parece innecesariamente exagerada  y demasiado cliché. En lo personal no me inspiró, no veo amor, sólo veo una pasión peligrosamente distorsionada. Quedé con una sensación extraña cuando el tipo entra herido y sangrando a la audición… es demasiado. La forma en que se muestra el esfuerzo por ser “mejor” desorienta y vuelca todo en ser “más rápido” o “virtuoso” a costa de un maltrato sicológico y hasta físico, todo esto para encontrar al próximo Charlie Parker o Buddy Rich. ¿Qué culpa tienen Parker y Rich? ¿Ese es el objetivo de una carrera musical? ¿Eso es inspirador? ¿Eso quiere un estudiante de música?  ¿Que lo maltraten sicológicamente para “sacar lo mejor de él”? No creo.

Roberto Barahona – Baterista y Productor General del programa Puro Jazz en radio Beethoven

Esta película no es de jazz ni de música. El protagonista, Andrew, desde el inicio sufre del tratamiento de Fletcher, su sádico instructor. Se supone que su violento  método incentiva a los estudiantes a crecer y crear gran música. Hay tantas cosas en esta película que son absurdas que sólo vale la pena mencionar algunas: parece que el objetivo de Andrew a través de su instructor es conducir el ride a velocidades exorbitantes. Su práctica de tambor lo deja sangrando; alguien se lo cree? Además, parece estar tocando un solo de batería constantemente, aún cuando está rodeado de otros músicos. En la última escena toca un solo que es tan aburrido como interminable.

Debo admitir que la actuación de J. K. Simmons en el papel de Fletcher es sorprendente. Su Oscar es totalmente merecido.

Whiplash es otro filme al modo hollywoodense de Rocky, lleno de escenas irreales en el mundo de la música y de la enseñanza. La anécdota, relatada erradamente y repetidamente, de Papa Jo Jones y el plato que se supone le lanzó a Charlie Parker, es irrisoria. Clint Eastwood también abusó de ella en Bird, otra película de jazz detestada por jazzistas.

Los músicos y jazzistas no nos podemos desligar y ser completamente objetivos con esta película; me pregunto si a los amantes del cine se les ofrece un tema del cual son expertos, reaccionaría de la misma manera? Supongamos que un productor de un país ajeno a Chile y su cultura, digamos Singapore, creara una película de la historia e impacto en Chile del Colo Colo, ¿a los seguidores del cacique les gustaría?