«¿Por qué seguimos hablando de ‘Hybrid Theory’? Fue hace más años que el demonio. Es un gran disco, lo amamos. Pero es hora de que superen esa mierda». En esos términos, el fallecido vocalista de Linkin Park, Chester Bennington, se refería al álbum debut de la banda californiana. El sexteto se aprontaba al lanzamiento de «One more light» (2017), su último trabajo discográfico, y sus seguidores no estaban muy contentos con el giro hacia el pop electrónico, reinventado una y otra vez, que había dado el conjunto.
«Hybrid theory» fue un álbum generacional. Para aquellos que nacieron entre el año 1985 y 1992, ese disco fue probablemente el ícono de su primer acercamiento al rock contemporáneo. Tus padres escuchaban a The Beatles, Led Zeppelin o Black Sabbath; tus primos o hermanos mayores a Nirvana, Soundgarden y Pearl Jam; tú escuchabas a Linkin Park.
El primer golpe de la banda comandada por Mike Shinoda y el propio Bennington era rabioso, una explosión de furia y energía adolescente, esos que en el año 2000 se sentían solos, apartados y desencajados dentro de la sociedad. De allí nacieron, al menos, cuatro clásicos instantáneos (todos singles) como «Papercut», «One step closer», «Crawling» e «In the end» como la más representativa.
Además, Linkin Park fue uno de los grupos más destacados por MTV y el resto de los canales de música de aquel entonces. También de las radios alrededor del mundo. Ni siquiera eran exclusivos de las emisoras que concentraban la escena rockero. De hecho, en Chile, su segundo disco «Meteora» (2003) fue parte de la banda sonora de una teleserie juvenil.
Todo ese aparataje comercial detrás de los hombres de «Points of authority» llevó a «Hybrid theory» a convertirse en el debut más vendido del siglo XXI y en uno de los 10 discos más vendidos de la década pasada, el único considerado como rock dentro de ese listado.
Luego de confirmarse el suicidio de Bennington a los 41 años, los fans y seguidores de la banda apuntan directamente a las letras de sus ídolos, como una manera de intentar responder las interrogantes de una muerte que se siente casi familiar. Si así fuese, el primer álbum de Linkin Park estaba plagado de referencias a los fantasmas internos del vocalista.
Si bien el músico no era el compositor principal —Shinoda cumplía esa función—, frases como «Hay algo dentro de mí que jala por debajo de la superficie/ Consumiendo, confundiendo/ Esta falta de autocontrol temo que nunca acabe» en «Crawling» o «Es como que estoy paranoico mirando detrás de mi espalda/ Es como un torbellino dentro de mi cabeza/ Es como que no puedo detener lo que escucho adentro» en «Papercut», pueden asociarse a un músico que padeció problemas con las drogas y el alcohol y que, incluso, dijo en alguna oportunidad que había pensado en el suicidio como salida posible después de haber sido abusado por un hombre mayor cuando él era un niño.
De una u otra forma, las cifras y el impacto cultural dentro de una generación le hizo un espacio a «Hybrid theory» y a Linkin Park dentro de la historia del rock.
*Este artículo fue originalmente publicado el 20 de julio de 2017, el mismo día de la muerte de Chester Bennington.
Foto: AFP
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