Postulé para integrarme a Projazz vía internet. Me llamaron a una entrevista con Claudio Díaz (DTI) y luego pasé a la segunda fase con mi jefa, María Ester Luengo. En el plazo de una semana me avisaron que había quedado. Yo tenía ganas de trabajar acá, me interesaba el lugar.
Estoy en promedio media hora en mi escritorio, dos horas ha sido lo máximo. Tengo que moverme entre los tres campus, principalmente entre Ramón Carnicer y Eulogia Sánchez. Por día, creo que me muevo unas quince veces entre ambos lugares.
Mi jornada comienza a las 8 de la mañana. ¡Ya conozco a todos los funcionarios de Projazz!. Lo positivo es que hemos podido ir solucionando cada uno de los desafíos tecnológicos que han surgido en cada Departamento. Percibo el agradecimiento de mis compañeros, lo cual es súper agradable.
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