¿Cómo es una organización integral?

Extractos de la charla de Frederic Laloux, autor del libro “Reinventando organizaciones”.

Actualmente, en la era de la información, existe solo un 13% de personas que dice sentirse satisfecha en su trabajo.

83% declara no sentirse involucrado en su trabajo. Y de este porcentaje hay un 24% que, derechamente, reconoce estar saboteando su empresa.

Sorprendente, ¿no? ¿Cómo es que llegamos a esto? “Las cosas pueden cambiar de forma radical solo al cambiar nuestra forma de pensar”.

Tres elementos caracterizan a las Organizaciones turquesa o integrales de las otras organizaciones verdes (familia), naranjas (máquina), ámbar (ejército) y rojas (manada de lobos):

1. Autogestión

Primero, dos mitos: Hablar de autogestión aún suena hippie, mucha gente lo asocia a la onda comunitaria de los años 60 y 70. Pareciera que la gente viene programada mentalmente con la idea que vivir sin un jefe es imposible: “si no hay un jefe, ¿quién va a tomar las decisiones?”.

Luego, dos revelaciones:

– Las jerarquías no están hechas para funcionar en sistemas de alta complejidad, como el que vivimos hoy (sociedad globalizada).

Ejemplos:

La economía global de mercado maneja millones de datos y a nadie se le ocurriría pensar que existe una jerarquía: hay estructuras, pero no un jefe. Los datos se manejan solos a través de la red. Una célula humana. El cerebro. Ambos funcionan con miles de operaciones, coordinando 85 millones de neuronas (cerebro), y funcionan de manera perfecta sin ningún jefe.

Actualmente existen empresas que han entendido cómo traspasar estos modelos de la naturaleza en su organización.

– La autogestión no es:

2. Plenitud

En muchas empresas hay una especie de fuerza invisible que hace que no seamos realmente nosotros mismos en nuestro lugar de trabajo. Usamos una máscara desde hace tanto tiempo que ya no nos damos cuenta.

No solo no lo comentamos con nuestros compañeros sino que tampoco somos capaces de reconocerlo en nosotros mismos.

Se necesitan prácticas internas para que le gente se muestre en toda su plenitud: cuando esto ocurre, una enorme cantidad de energía se libera en la empresa, energía que resulta muy positiva. Algunas de estas prácticas son:

  • Promover espacios seguros de conversación.
  • Practicar la transparencia desde la primera entrevista para postular al trabajo (que es la instancia donde uno empieza a mentir).
  • Aprovechar las reuniones como espacios para controlar el ego, cuando uno está hablando preguntarse “¿qué parte de mí está hablando en este momento?”. Poner atención.

3. Propósito evolutivo

Hoy es común que todas las empresas definan un propósito. Pero si tomamos realmente en cuenta qué dice este propósito pueden ocurrir cosas muy interesantes.

Una organización que funciona como organismo vivo tiene una energía propia que busca ser manifestada al mundo. El rol de un colaborador de la organización es escuchar hacia dónde quiere ir la empresa y “bailar con ella”.

De hecho, muchas de estas organizaciones no tienen siquiera un plan estratégico porque dicen “¿quién sabe hacia dónde se dirige el mundo?”. A veces ser tan estrictos en los planes estratégicos provee de una falsa sensación de seguridad.

 

Comentarios en facebook

Ir arriba