Proveniente de una familia musical, Javi Vinot tuvo un acercamiento con el mundo artístico desde niña. Aprendió a tocar piano a los cuatro años y creció compartiendo experiencias que la motivaron a sentir la música como un estilo de vida.Durante su infancia, prefería los instrumentos musicales que los juegos. Participó en el coro de la escuela donde su madre era la profesora de canto. Al mismo tiempo tenía actuaciones familiares donde cantaba y tocaba instrumentos.
Finalizado el colegio, estudió Intérprete en Jazz y Música Popular mención Piano en Projazz por recomendación de Constanza Despouy (ex alumna) quien resaltó el nivel del instituto.
Tu padre es Intérprete superior en Fagot, tu madre profesora de música, tu hermana es egresada de Canto Popular y tu hermano es estudiante de Percusión ¿Cómo se siente venir de una familia musical?
Nosotros impulsamos la música y damos un toque cultural a la sociedad, esto es algo especial y bonito porque a todos nos une lo mismo. Crecer tocando con mis seres queridos en un escenario hace que la música sea tan cercana y familiar.
“De niña mi papá me hacía tocar notas mientras él tocaba el piano y ahí improvisábamos”
¿Cómo fue esa primera vez cuando cantaste sin tu familia?
A los 14 años canté sola por primera vez, al subirme al escenario sentí muchos nervios porque sabía que si me equivocaba no los tendría para arreglarlo. Pero luego pensé, yo puedo hacerlo, he estado desde pequeña en esto y así fue como me solté y canté.
¿Cómo te sentiste en Projazz?
Estoy muy agradecida con los profesores ya que me ayudaron no solo con el piano sino que me motivaron a desarrollarme como cantante. Recuerdo que estuve en la Big Band de Projazz y fue muy emocionante.
¿Cuál es la diferencia entre estudiar música como autodidacta v/s nivel profesional?
En Projazz hubo un antes y un después en mí como músico. En mi casa aprendí a tocar el piano pero realmente no sabía lo que hacía. A la hora de subirse a un escenario para cantar o tocar es importante tener todos los conocimientos ya que hay muchos “artistas” que no tienen formación y se nota en sus interpretaciones.
¿En algún momento te pasó por la mente estudiar otra cosa?
Tuve duda en estudiar teatro, pero al poco tiempo descubrí que no era así. Contaba con el apoyo de mis padres, pero en el fondo no querían que se perdiera todo lo que me habían inculcado desde pequeña y a pesar de que es una carrera muy bonita siento que al final no era lo mío.
“Siento la música tan mía y me siento cómoda haciéndola”
¿Cómo nace la banda Quitrú?
Es una banda que fusiona ritmos y armonías basadas en la música folklórica, popular, jazz y contemporánea. Siempre existió gracias a mi papá, Nelson Vinot, quien es el director musical, pero fue en 2006 al salir de gira a Suecia que le colocamos el nombre oficialmente. Actualmente tenemos dos discos de estudio y uno en vivo, además nos hemos presentado en diferentes lugares y festivales.
¿Qué sientes al compartir escenario con otras personas?
Son aprendizajes diferentes, todos te enseñan algo. Actualmente estoy con Myriam Hernández a quien admiro como artista porque tiene un poder impresionante además de fuerza y potencia en sus presentaciones.
“Me hace feliz vivir de lo que amo”
Estuviste de corista en la quinta Vergara junto a Julia Grisenti ¿Qué se siente estar en el Festival de Viña del Mar?
Fue bonito y fuerte a la vez, el primer ensayo veía todo vacío y me daba nervios imaginarme cuando estuviese lleno, nunca imaginé estar parada en la Quinta Vergara. Técnicamente el trabajo no era difícil, pero este tipo de actividades te exige tener una resistencia vocal y emocional. Tuve que realizar un solo varias veces durante el día y mi propia mente me comenzaba a jugar en contra, pero yo pensé puedo hacerlo, por algo me dieron esta misión y así fue como todo salió bien.
¿Todo artista necesita enfrentarse a los nervios?
Los nervios siempre van a existir y hay que controlarlos porque la mente es muy poderosa, puedes estar técnicamente muy preparado para subirte a un escenario pero si la inseguridad te gana es lo peor que puede pasar y puede afectar tu presentación. Por eso, debemos formarnos mucho para llegar seguros, mientras más herramientas y conocimientos tengamos se podrán expresar mejor los sentimientos. Hay que creerse el cuento, adueñarse del escenario y disfrútalo para que el público lo sienta.
“Hay que disfrutar la música y cada momento para que lo quieras volver a hacer mil veces más”